Un acto de violencia en cualquier sociedad suele causar la atención e indignación de la población respecto al acto del que se trate. Las acciones violentas no son un medio por el cual sea normal y civilizado resolver conflictos y mucho menos una forma de solucionar las diferencias de opinión ideológicas.
En Cuba los actos de violencia se presentan bajo la sombría forma de ‘‘actos de repudio’’, este se define según el historiador y ensayista Rafael Rojas (1) como la variante cubana del pogromo o el escrache y consisten en que un grupo de partidarios del Gobierno cubano se reúne para gritar consignas políticas, descalificaciones morales y ofensas personales contra un desafecto, un disidente o un opositor».
Este fenómeno violento no es nuevo para los ciudadanos cubanos, ya que el mismo forma parte de la cultura política de la isla, sus inicios datan del año 1980 cuando el país vivió la mayor crisis de legitimidad que enfrentó el Partido Comunista durante el Gobierno de Fidel Castro, miles de cubanos se presentaron frente a la embajada de Perú en la Habana solicitando asilo para salir del país.
Ante la situación, el Gobierno de Castro permitió la salida de ‘’todo aquel que no esté de acuerdo con el régimen’’ se dio así el histórico éxodo, donde alrededor de 120 mil cubanos emigraron hacia Estados Unidos. Allí comenzaron los actos de repudio, en cuanto un ciudadano daba aviso a las autoridades su salida del país, una muchedumbre se aparecía en su domicilio, por considerar al ciudadano como un desertor, un ‘‘gusano’’ -término utilizado por el oficialismo para referirse a los disidentes o traidores- en estos violentos actos los agresores que se presentaban en los domicilios no solo insultaban durante horas, también apedreaban la casa y si era posible golpeaban a los ‘‘gusanos’’.
Cabe mencionar que el mayor acto de repudio fue la movilización masiva llamada ‘‘Marcha del Pueblo Combatiente’’ frente a la Oficina de Intereses de EE.UU. en la Habana. Esta tenía como objetivo contrarrestar la imagen de los miles de cubanos que abandonaban el país, mostrando un pueblo que se manifestaba públicamente a favor del régimen.
Al hablar de estos actos casi arcaicos pareciera que hacemos mención al pasado. Sin embargo durante el transcurso de la pandemia estos actos volvieron a hacerse presentes en la isla. Esta vez contra los artistas, escritores, periodistas y sobre todo contra opositores al Gobierno. De esto da cuenta el Observatorio Cubano de Derechos Humanos que denunció el aumento de los actos de repudio en el país. Así mismo, Yaxys Cires director de Estrategia de dicho Observatorio comunicó en el reportaje realizado para el Radio Mitrí (2) que en el mes de octubre del año 2020 ‘‘se documentaron al menos 11 actos de repudio, principalmente contra activistas jóvenes del mundo de la cultura’’ además indicó que estos actos ‘‘buscan limitar los derechos de libre expresión, creación artística, manifestación y circulación’’.
Lamentablemente, estas acciones de violencia continúan y hasta el mes de junio de este año el Observatorio (3) documentó casi un millar de acciones represivas contra activistas, opositores y periodistas independientes. Ante este panorama, Cires afirmó ‘‘Estamos en presencia de una represión más amplia y personalizada contra miembros de la sociedad civil. Es evidente que el gobierno cubano quiere silenciar a toda la disidencia (…)’’.
El caso más reciente lo sufrió por segunda vez la artista Tania Bruguera, cuando un grupo de personas frente al Instituto Internacional de Artivismo Hanna Arent del cual Bruguera es directora, apareció insultando y exigiendo hablar con la misma. Sobre este hecho en las redes sociales del instituto emitió un comunicado en el cual entre otras cosas señala el «uso reiterado de esta metodología organizada por la Seguridad del Estado cubano en la que usa a ciudadanos comunes para intimidar a los activistas».
Es claro que estos no son meros actos aislados de vecinos o ciudadanos cubanos que se auto-organizan para manifestarse violentamente contra opositores al gobierno, ya que por lo general en estas acciones violentas están involucrados oficiales del órgano de contrainteligencia, además de agentes de la seguridad del Estado de Cuba. Esto provoca repensar cuál es el verdadero rol que cumple el Gobierno cubano en este tipo de actos, debido a que tanto en la década del 80 como en la actualidad están presentes las mismas modalidades de acción. A diferencia de otros Estados de Repúblicas Democráticas, en Cuba es sumamente difícil diferenciar el Gobierno del Estado debido a que poseen un régimen basado en un partido único. Por ende el Estado cubano en su expresión qué es el Gobierno tiene responsabilidad por estos actos. Además de que no son solo actos contra los derechos de libertad de expresión, sino que los ciudadanos son violentados en sus derechos humanos.
(1) https://www.clarin.com/mundo/cuba-regreso-actos-repudio–variante-cubana-escrache-gusanos_0_cxMobFMS8.html
(2) https://www.radiotelevisionmarti.com/amp/ocdh-denuncia-al-menos-11-actos-de-repudio-en-el-mes-de-octubre-(video)/276878.html
(3) https://observacuba.org/ocdh-casi-un-millar-de-acciones-represivas-en-cuba/