En el vibrante escenario político de América Latina, el año 2023 ha sido testigo de una serie de procesos electorales que han captado la atención global. Desde Ecuador, Paraguay, Chile, Guatemala, Colombia hasta Argentina, cada elección ha sido un capítulo único en la compleja narrativa de la democracia en nuestra región.
El artículo pretende sumergirse en el contexto político y los desafíos relacionados con la gobernanza electoral que han marcado este año electoral en América Latina. Se han llevado a cabo elecciones seccionales, referendos constitucionales, y procesos generales que han destacado la intensidad, dramatismo y competitividad inherentes a la vida política de la región.
El punto de partida nos lleva a Ecuador, donde se han celebrado elecciones seccionales y un referendo constitucional en febrero, seguidas por la primera y segunda vuelta electoral. Este proceso, marcado por la crisis política y la muerte de un candidato, puso a prueba la fortaleza de la autoridad electoral, destacando la habilidad del Consejo Nacional Electoral para organizar elecciones extraordinarias en tiempo récord.
Por su parte, Paraguay experimentó elecciones generales en abril, caracterizadas por la competitividad a pesar de la falta de alternancia política. El Tribunal Superior de Justicia Electoral, aunque con áreas de mejora, cumplió con estándares mínimos, según la Misión de Observación de la Unión Europea.
Chile, inmerso en un proceso de reformas constitucionales, demostró la fortaleza de sus instituciones democráticas a pesar de la agitación política. Sin embargo, la ausencia de misiones de observación internacional plantea preguntas sobre la necesidad de una mirada externa en futuros procesos.
Por otro lado, Guatemala vivió una fase postelectoral intensa y judicializada que puso a prueba la institucionalidad democrática. La intervención de la Organización de los Estados Americanos subrayó la importancia de mantener la estabilidad democrática en medio de conflictos políticos.
En cuanto a Colombia, destacó con elecciones regionales en octubre, donde la Registraduría Nacional y el Consejo Nacional Electoral demostraron una vez más su capacidad para organizar comicios con transparencia y participación ciudadana.
Finalmente, Argentina experimentó un proceso electoral extenso y apasionante, pero no exento de desafíos. Tal como se mencionó en un informe realizado por Transparencia Electoral, “El contexto importa: el efecto cancha inclinada en las Elecciones Argentinas 2023”, la falta de control sobre el uso de recursos públicos y el financiamiento político opaco fueron puntos críticos que afectaron la eficiencia y confianza en el sistema electoral.
Esto resalta la importancia de la observación electoral y la gobernanza en el fortalecimiento de la democracia en la región. Para un análisis detallado sobre cada elección mencionada y sus implicaciones, se puede acceder al artículo “Elecciones y gobernanza electoral tras el cierre del calendario electoral 2023 en América Latina” de Leandro Querido, para la edición de enero 2024 de la revista #DDA de DemoAmlat, el cual sirvió como fuente para esta redacción.
En conclusión, América Latina continúa siendo un escenario dinámico donde la calidad democrática se enfrenta a desafíos y avances. La observación electoral y la gobernanza juegan un papel crucial en el fortalecimiento de nuestras instituciones y en la construcción de sociedades más justas y participativas.