Este año marca el trigésimo aniversario de la Constitución de 1993, que instauró el unicameralismo en Perú. Sin embargo, durante estos años, más de medio centenar de propuestas legislativas han buscado el retorno a la bicameralidad, un elemento histórico de la constitución. A pesar de los esfuerzos, las reformas necesarias para este cambio han sido esquivas hasta el momento.
En la más reciente sesión del Congreso, se aprobó en primera votación el retorno a la estructura bicameral, marcando un hito en la larga historia de intentos fallidos. La confirmación de este voto en la siguiente legislatura, programada entre marzo y junio de 2024, podría llevar a que el próximo Congreso cuente con dos cámaras.
Las discusiones sobre la bicameralidad en Perú han sido persistentes desde el año 2001, pero varios intentos anteriores se frustraron al no alcanzar los dos tercios de los votos necesarios para evitar un referéndum ratificatorio. En 2018, la bicameralidad fue sometida a consulta en un referéndum que se celebró en un contexto de conflicto entre el ejecutivo y legislativo. Sin embargo, la propuesta no fue aprobada, generando una nueva frustración en los defensores del cambio.
El proyecto aprobado propone un Senado con 60 miembros y una Cámara de Diputados con 130, con la posibilidad de incrementar estos números mediante ley orgánica. La elección se realizaría con criterios diferenciados, reflejando la población en la Cámara de Diputados y el territorio en el Senado. Aunque el proyecto no especifica cómo se llevará a cabo la elección de los diputados, sí establece requisitos diferenciados para los candidatos.
Esta reforma se acompaña de otras tres medidas importantes: la reintroducción de la reelección parlamentaria inmediata, la posibilidad de que los candidatos a la presidencia también puedan postularse al Congreso y la eliminación del voto de confianza obligatorio para los nuevos gabinetes.
La pregunta que surge es: ¿por qué insistir en la bicameralidad? A pesar de las limitaciones del unicameralismo, su retorno no garantiza la solución a todos los problemas del Congreso. Sin embargo, se espera que el cambio pueda mejorar la deliberación y representación política. Con más del 80% de las leyes aprobadas sin una segunda votación, la introducción de dos cámaras podría fomentar una mayor reflexión y transparencia en el proceso legislativo.
El debate público sobre esta reforma es crucial antes de la próxima votación. Algunos sectores defienden la bicameralidad pero tienen observaciones sobre el diseño propuesto, mientras que otros creen que el unicameralismo es más beneficioso para el país. La legitimidad del Congreso para aprobar reformas también está en entredicho debido a su baja aprobación, aunque no es la primera vez que leyes de este tipo son aprobadas en un contexto similar.
Este esquivo retorno a la bicameralidad podría finalmente materializarse, marcando un cambio significativo en la estructura política de Perú. Para obtener más información sobre la historia y los detalles de este proceso, puedes acceder al artículo “El retorno a la bicameralidad: espejismo o realidad” de Milagros Campos, quien abordó este tema en la edición de enero 2024 de la revista #DDA de DemoAmlat