Tras el triunfo de la revolución cubana en 1959, para Fidel Castro la principal debilidad de la isla se encontraba en la economía, debido a la fuerte dependencia del azúcar, que era la materia prima base de su comercio exterior.
Esta debilidad le causaba también una dependencia a Estados Unidos, ya que éste era su principal comprador. Castro decidió cortar el vínculo con Estados Unidos, dado que esta relación representaba también el último eslabón de “dominación” norteamericana en la isla.
No obstante, la economía cubana necesitaba reemplazar los créditos estadounidenses con otros clientes extranjeros. Por esta razón, y por su afinidad ideológica, Fidel Castro estableció las bases de los vínculos entre Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que comenzó el 8 de mayo de 1960 con el establecimiento de las relaciones políticas, económicas y comerciales. Dicha vinculación, en el contexto de plena guerra fría, era fundamental en la política exterior de ambos países. Para Cuba era una garantía de defensa ante la latente amenaza de un ataque estadounidense como el que sucedió en 1961 en Bahía de los Cochinos y para la URSS representaba un gran costo económico mantener a la isla, pero valía la pena desde el punto de vista político, ya que esta alianza era estratégica debido a la posición geográfica de Cuba a corta distancia del principal enemigo del Kremlin, además de la posibilidad de expandir la ideología comunista en la región latinoamericana.
Estos vínculos con el tiempo se fortalecieron hasta llegar a conformar una asociación estratégica frente al bloque capitalista. Sin embargo, con la caída de la URSS en 1991 el vínculo se quebró causando un fuerte impacto en la economía cubana que entró en una profunda crisis, dando paso al “período especial”.
En la actualidad, pese al cambio de sistema político y económico que trajo consigo la Federación de Rusia, con la llegada de Vladimir Putin al poder los vínculos se retomaron, tanto así que ante el embargo comercial que mantiene Norteamérica para con la isla, el gobierno ruso manifiesta constantemente su apoyo. “El pueblo ruso es incondicionalmente solidario con la Isla de la Libertad en su lucha por el levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, aplicado desde hace más de 60 años” menciona en su portal web el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia[1].
Debido al nuevo contexto internacional, provocado por la pandemia de la Covid-19, y ante la crítica situación sanitaria de Cuba, desde Rusia prestaron ayuda humanitaria, colaborando con el envío de suministros sanitarios y alimentos (harinas, carne, aceite, entre otros), el último avión fue recibido en agosto del corriente año y desde la Embajada de Rusia en Cuba, en su cuenta oficial de Twitter[2] informaron que dicha aeronave había trasladado 41 toneladas de productos enviados a la isla. En su visita a La Habana, el pasado mes de octubre, el viceprimer ministro de Rusia, Yuri Borísov, manifestó que Rusia continuará enviando ayuda humanitaria y se espera otro cargamento antes de fin de año.
Cuando ocurrieron los acontecimientos que convulsionaron la isla el 11 de julio, con las masivas manifestaciones en contra del Gobierno cubano, y debido al impacto de las sanciones que impuso Estados Unidos a ciertas personalidades de la cúpula del régimen, rápidamente el Gobierno ruso emitió un comunicado a través de su Cancillería, en su cuenta oficial de Twitter[3]: «Consideramos inaceptable cualquier injerencia externa en los asuntos internos de un Estado soberano y toda acción destructiva que favorezca la desestabilización de la situación en la isla». Dicho comunicado emite una clara advertencia hacia Norteamérica.
En materia económica ambos países establecieron a lo largo de los años un fuerte vínculo comercial y si bien Rusia es uno de sus socios comerciales, según la plataforma económica OEC[4], desde allí provienen el 5,39% de las importaciones de la isla, por lo cual dicho país no llega a ser uno de sus socios comerciales más importantes, ya que por encima se encuentra China, origen principal de las importaciones con el 15%.
Sin embargo, esto no quiere decir que los vínculos financieros y comerciales sean débiles, ya que Rusia se encuentra entre los cinco países con mayores mercancías importadas por la isla junto a España, China, Italia y Países Bajos.
Además, podemos entender que existe interés desde la administración de Putin de afianzar más los vínculos bilaterales debido a que desde principios de este año se iniciaron negociaciones para nuevos acuerdos en materia de comercio, economía, ciencia y tecnología.
Uno de los acuerdos alcanzados fue en el sector turístico, relacionado con el reciente anuncio del Gobierno cubano de abrir nuevamente las fronteras. Desde el 15 de noviembre se espera que la isla sea el destino de miles de turistas rusos que gracias al acuerdo contarán ahora con rutas de vuelo directas desde Moscú a La Habana, este acuerdo buscará reconstruir e impulsar nuevamente el sector turístico que es uno de los sectores principales de la economía de cuba y que fue duramente golpeado durante la pandemia.
La primera lectura que se puede dilucidar de las relaciones ruso-cubanas, es que estás son de menor grado de integración financiera, en comparación con los vínculos que tiene la isla con China[5]. Pero siguen siendo importantes.
La segunda lectura llega al nivel político, donde las relaciones con Rusia contienen un alto grado de interés. La presencia de Rusia no solo en Cuba sino también en el resto de países de América Latina se relaciona directamente con el alto valor geoestratégico del continente, y aún más la posición de La Habana, el gobierno ruso hace notar su presencia en el continente para ampliar más sus vínculos, por ejemplo, al establecer lazos estratégicos con países cercanos a Estados Unidos, dado que a fin de cuentas este sigue siendo en la escena internacional su rival, no solo debido a su poder económico sino también por su nivel de omnipresencia e influencia en el resto de actores. Razón por la cual es una prioridad para el Gobierno de Vladimir Putin contrarrestar el poder norteamericano y conseguir un orden internacional multipolar donde los focos de poder estén distribuidos en más de dos actores, y para esto necesita contar con el apoyo no solo de un país cercano a su rival como Cuba, sino con gran parte del continente latinoamericano.
Estas aproximaciones dejan en claro que tras la “asociación estratégica” profundizada durante la guerra fría, Cuba adquiere de nuevo un valor político por su posición geográfica. Y hoy en día es también parte de la estrategia rusa por afianzar su poder en la escena internacional, a través de un orden multipolar.
Referencias
[1] “Cuba y Rusia 60º aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas”, Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, recuperado del 02/11/21 de https://www.mid.ru/es/rossia-kuba-60
[2] Recuperado el 02/11/21 https://twitter.com/EmbRusCuba/status/1426018653795979271?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1426018653795979271%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.telesurtv.net%2Fnews%2Farriba-cuba-nuevo-envio-ayuda-humanitaria-rusia-20210813-0028.html
[3] Recuperado el 02/11/21 https://twitter.com/mae_rusia/status/1414568913841577989?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1414568913841577989%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.forbes.com.mx%2Frusia-injerencia-externa-acciones-destructivas-cuba%2F
[4] https://oec.world/es/profile/country/cub
[5] https://demoamlat.com/china-esta-dispuesta-a-hablar-y-hacer-justicia-por-cuba-a-nivel-internacional/