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Las Asambleas Legislativas en Regímenes Autoritarios: Extensiones del Poder Ejecutivo

La Falsa Fachada Democrática

En varios países bajo regímenes autoritarios, como Cuba, Venezuela y Nicaragua, las asambleas legislativas presentan una imagen de democracia que apenas oculta su verdadera función: actuar como meras extensiones del poder ejecutivo. Lejos de ser instituciones independientes que representan la voluntad popular y fiscalizan al gobierno, estas asambleas son frecuentemente instrumentalizadas para consolidar el poder, silenciar la disidencia y restringir las libertades fundamentales.

Análisis de las Estructuras Legislativas en Regímenes Autoritarios

La Subordinación del Legislativo al Ejecutivo

En regímenes como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, el poder legislativo está lejos de ejercer un verdadero equilibrio y control sobre el ejecutivo. Las elecciones legislativas en estos países suelen estar plagadas de irregularidades, y las asambleas resultantes funcionan predominantemente como cámaras de resonancia para las agendas presidenciales. La independencia legislativa, esencial para una gobernanza democrática saludable, es sistemáticamente socavada.

Legislación a Favor del Estado Autoritario

Las leyes promulgadas en estos contextos a menudo refuerzan la autoridad del estado a expensas de los derechos humanos y la justicia social. Leyes que restringen la libertad de prensa, limitan la protesta pública y criminalizan la oposición son comunes. Estas “leyes” son utilizadas para vestir de legalidad prácticas que en democracias consolidadas serían inaceptables e incluso consideradas como violaciones flagrantes de los derechos civiles.

La Ilusión de la Democracia

Estos regímenes utilizan sus asambleas legislativas para proyectar una imagen de legitimidad democrática. Sin embargo, el proceso legislativo en sí está diseñado para evitar cualquier desafío real al poder ejecutivo; las decisiones significativas son tomadas unilateralmente por los líderes, y las asambleas simplemente las ratifican, eliminando cualquier semblanza de debate crítico o participación pública efectiva. 

Esto significa que dichas asambleas lejos estarían de cumplir su papel como pilares de la democracia, consumando de esta manera estructuras de poder que subvierten los principios democráticos y perpetran injusticias bajo la fachada de la legalidad. 

En el artículo “Los legislativos de las dictaduras son subalternos fabricantes de leyes infames” para la edición de abril 2024 de la revista #DDA de DemoAmlat, Carlos Sánchez Berzain, Director del Interamerican Institute for Democracy llama a estos regímenes “las dictaduras del socialismo del siglo 21” y ha definido como “ley infame” a la norma que elaborada y establecida siguiendo el procedimiento formal para su creación, viola en su objeto y/o contenido los derechos humanos y las libertades fundamentales.