
El año 2024 fue testigo de un complejo panorama electoral en América Latina. A lo largo de este período, se celebraron elecciones en distintos puntos de la región, algunos países bajo regímenes democráticos, imperfectos y otros bajo regímenes autocráticos. En una región que enfrenta desafíos institucionales y la injerencia de potencias extranjeras, resulta fundamental analizar los puntos positivos y negativos de estos procesos electorales.
Diversos informes internacionales alertan sobre una recesión democrática en la región. Latinobarómetro 2023 destaca el creciente malestar ciudadano frente a la política, evidenciado en el abstencionismo, el voto en blanco y la falta de confianza en los partidos tradicionales. A esto se suma la influencia de potencias como Rusia, China e Irán, que fomentan modelos autocráticos en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Con este marco general, es posible identificar las características principales de los comicios realizados en América Latina durante 2024.
El Salvador: Popularidad vs. Estado de Derecho
La reelección de Nayib Bukele con más del 84% de los votos evidenció el debilitamiento del sistema de partidos tradicional. Aunque la implementación de tecnología para facilitar el voto de los salvadoreños en el exterior fue un gran avance, la concentración de poder y el estado de excepción generan preocupaciones sobre el futuro institucional del país.
Nicaragua: Elecciones sin garantías
En un contexto de represión y ausencia de observación internacional, las elecciones regionales nicaragüenses fueron una muestra más de la consolidación del autoritarismo de Daniel Ortega. El sistema electoral es controlado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), eliminando cualquier posibilidad de competencia real.
Ecuador: Gobernanza electoral en crisis
Tras la «muerte cruzada» decretada por Guillermo Lasso y el asesinato del candidato Fernando Villavicencio, Ecuador logró organizar un referéndum en tiempo récord. Este proceso demostró la capacidad institucional del Consejo Nacional Electoral para gestionar crisis políticas, aunque la seguridad sigue siendo un problema latente.
Panamá y República Dominicana: Contrastes en la participación
Las elecciones generales en Panamá se desarrollaron con normalidad, con un 77% de participación y la victoria de José Raúl Mulino. Por su parte, República Dominicana destacó por su institucionalidad democrática, aunque la baja participación (54%) indica la necesidad de estrategias para aumentar el compromiso ciudadano.
México: La elección más violenta de su historia
Las elecciones mexicanas del 2 de junio estuvieron marcadas por la violencia política, con el asesinato de numerosos candidatos y precandidatos. Además, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador socavó la independencia del Instituto Nacional Electoral (INE), debilitando la competitividad electoral.
Venezuela: Evidente fraude electoral
En Venezuela, las elecciones presidenciales del 28 de julio fueron señaladas por la oposición y la comunidad internacional como un fraude descarado. El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció los resultados sin respaldo documental, otorgando la victoria a Nicolás Maduro con un 52%, mientras que la oposición continúa denunciando que Edmundo González ganó con un 67%.
Brasil: Elecciones municipales y confianza en el sistema electoral
Las elecciones municipales brasileñas se realizaron en un contexto de violencia política y con un Tribunal Superior Electoral (TSE) que mantiene una relación tensa con el Partido Liberal de Jair Bolsonaro. La confianza en el sistema se ha visto afectada, en especial por el uso de máquinas de votación sin respaldo físico verificable.
Chile: Votación en dos días y alta participación
Chile implementó nuevamente una votación en dos jornadas, los días 26 y 27 de octubre, para las elecciones municipales. A pesar de los desafíos de seguridad tras el estallido social de 2019, el país mantuvo un proceso electoral competitivo y confiable.
Uruguay: Alternancia Política y Sólida Democracia
Uruguay sigue siendo un referente en cuanto a estabilidad democrática. Liderando el Índice de Democracia de The Economist, el país demuestra que la alternancia en el poder y la transparencia electoral son la norma. No obstante, podría beneficiarse de una reforma electoral para modernizar ciertos aspectos del sistema.
Bolivia: Crisis electoral y judicial
Las elecciones judiciales en Bolivia reflejaron el desgaste del modelo impuesto por Evo Morales en 2009. Con un 78% de rechazo expresado en abstencionismo, votos nulos y en blanco, el descrédito del sistema judicial y su dependencia del partido oficialista han sido evidentes. Además, la división entre Luis Arce y Morales ha agravado la crisis política y económica.
Conclusión: Un futuro electoral incierto
El balance electoral de 2024 en América Latina deja un panorama mixto. Si bien algunos países consolidaron sus democracias con procesos transparentes, otros enfrentan escenarios de violencia, autoritarismo y falta de garantías. La región debe apostar por el fortalecimiento institucional, la participación ciudadana y la integridad electoral para contrarrestar la creciente recesión democrática.
La gobernanza electoral será clave en los próximos años. La independencia de las autoridades electorales, la protección de los candidatos y la participación informada de la ciudadanía serán factores determinantes para el futuro político de América Latina. Para conocer más te invitamos a leer el artículo de Leandro Querido para la edición de enero de la revista Desafíos de la Democracia (DDA) de DemoAmlat.