El 30 de septiembre pasado el gobierno estadounidense puso en jaque a uno más de los líderes del Partido Comunista Cubano. Esta vez, el turno fue para el general de brigada Luis Alberto Rodríguez López-Callejas.
López-Callejas ostenta el ‘’honor’’ de ser ex-yerno del dictador Raúl Castro, además de hijo del mayor general Guillermo Rodríguez del Pozo, uno de los guerrilleros con los que Fidel Castro tomó el poder de la isla en 1959. En 2014, gracias a sus conexiones con los altos mandos del régimen cubano, a Rodríguez López-Callejas le es otorgado su actual rango militar de general de brigada. Es percibido por muchos como uno de los hombres más poderosos y ambiciosos en toda Cuba. Además, con anterioridad a ello ya se encontraba en su actual función dentro del gobierno: administrador del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), la rama de negocios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
El miércoles al mediodía, el Secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, anunció por un posteo de Twitter la nueva posición de su gobierno respecto del general de brigada. El comunicado oficial establece que ‘’En el día de hoy, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Office of Foreign Assets Control, OFAC) del Departamento del Tesoro añadió al ciudadano cubano Luis Alberto Rodríguez López-Calleja (también conocido como López-Callejas) a la Lista de Nacionales Especialmente Designados y Personas Bloqueadas de la OFAC. Rodríguez López-Calleja es el director del consorcio cubano de propiedad militar Grupo de Administración Empresarial S.A.(GAESA)’’.
De esta forma, queda concretada una nueva ofensiva estadounidense que apunta a agravar el embargo sobre Cuba. GAESA ya se encontraba en la lista negra de entidades cubanas propiedad del Gobierno comunista con las cuales las compañías de capital estadounidense no pueden tener relaciones comerciales y financieras. La principal cuestión que se tiene en cuenta para incluir a un ente en la lista negra es que este se encuentre controlado por o actúe en nombre del ejército cubano o los servicios de inteligencia. A ella ahora se agregan la persona y los bienes de Rodríguez López-Callejas.
Continúa el documento del Departamento del Tesoro diciendo que ‘’Los ingresos generados por las actividades económicas de GAESA se utilizan para reprimir al pueblo cubano y financiar la dominación colonial y parasitaria de Venezuela. La medida que se adoptó hoy demuestra el compromiso que mantiene desde hace mucho tiempo Estados Unidos de terminar con las prácticas económicas que benefician en forma desproporcionada al Gobierno cubano o a sus organismos o personal militares, de inteligencia y de seguridad a expensas del pueblo cubano y el venezolano’’.
Otra de las empresas que fue inhabilitada hace pocos días es Fincimex, que mantiene el monopolio del sector financiero de Cuba, es decir, que es la única entidad que tiene permiso del gobierno para administrar las remesas que los exiliados cubanos envían a sus familiares en la isla. También se recrudeció el embargo sobre el ron y el tabaco, los estadounidenses que viajen a Cuba no podrán comprar ron ni tabaco con la intención de pasarlos por la aduana estadounidense a su regreso al país.
El objetivo de todas estas medidas apunta a privar al gobierno cubano de los dólares que tanto necesita para mantener vivo su comercio exterior, máxime cuando desde julio que aquel insinúa una posible reforma monetaria, que incluiría la primera devaluación oficial de la moneda.
Lo cierto es que sanciones económicas de este tipo se suceden desde hace décadas, con momentos de mayor hostilidad o de mayor acercamiento entre La Habana y Washington y, si bien se puede asegurar que cumplieron su función para que el régimen comunista no disponga de todos los recursos que podría generar, todavía resta tiempo para que veamos algún tipo de desenlace. Culminación que la comunidad internacional en general, y los países americanos en particular, deben procurar que sea con el mayor beneficio y el menor sufrimiento posible para el pueblo cubano, tan castigado por el yugo de la dictadura comunista.