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Un nuevo Código Electoral para fortalecer la democracia de Colombia

La importancia de la transparencia, la rendición de cuentas, el uso de tecnología para mejorar la calidad democrática que se expresa en el ámbito electoral, en la perspectiva del Dr. Alexander Vega Rocha, registrador Nacional del Estado Civil de Colombia.

 

Colombia tiene una larga historia con la democracia y los procesos electorales. Desde la segunda mitad del siglo XIX se introdujo en las constituciones de la República alguna fórmula para la elección directa o indirecta del presidente y otras autoridades. Siguiendo las tendencias mundiales, el país avanzó hacia el sufragio universal con el voto de la mujer y la disminución de la edad para votar de los 21 a los 18 años. En la Constitución Política de 1991 se instituyó el principio democrático como un pilar del Estado social de Derecho, que legitima al gobierno representativo y permite la participación de todos los ciudadanos en las decisiones que los afectan.

Con estos antecedentes, la democracia y las elecciones populares en Colombia han sido una constante, cuya protección se ha encomendado tanto a las instituciones como a los particulares. Actualmente existe un consenso en cuanto a la necesidad de revisar y actualizar las normas que rigen las votaciones, por razones jurídicas, políticas y sociales. En primer lugar, nuestro Código Electoral data de 1986, antes de que se expidiera la Constitución vigente, pensada para un régimen político bipartidista que determinaba la conformación de las autoridades electorales y orientaba el voto ciudadano. Por lo mismo, existe un número importante de leyes posteriores que de forma dispersa han intentado poner a tono las reglas de las elecciones con los parámetros constitucionales y la evolución en la administración de las elecciones. A su turno, las demandas de las fuerzas políticas y de la sociedad civil exigen un ejercicio cada vez más transparente e inclusivo de los procesos democráticos, donde haya cabida a la rendición de cuentas y al debate abierto de las opiniones.

El proyecto de ley del Código Electoral que se radicó ante el Congreso de la República en agosto de este año es el resultado del intercambio de ideas y experiencias entre varias entidades e instituciones del Estado, las organizaciones políticas y los legisladores, con un norte común marcado hacia la modernización de los procesos electorales y la implementación de mecanismos que faciliten la participación ciudadana. En este sentido, en el nuevo Código se apunta a la identificación digital de las personas y de la mano con ello, se proponen cuatro modelos de votación, ampliamente conocidos a nivel mundial, que ofrecen diferentes opciones a los votantes: la votación anticipada, es decir, en una jornada previa al día oficial de las elecciones, aunque se descarta el voto por correo postal; el voto electrónico mixto en puesto de votación, con comprobante impreso del voto y urnas físicas; el voto remoto o digital, desde cualquier computador, teléfono móvil o tableta, especialmente para los colombianos que viven en el exterior; y naturalmente, se mantiene el voto tradicional manual, por motivos culturales y considerando los distintos niveles de conectividad de las regiones.

En la Registraduría Nacional del Estado Civil estamos convencidos de que la democracia en Colombia tiene la suficiente madurez para aprovechar los avances tecnológicos en materia electoral, que brinden la posibilidad de realizar online actuaciones adicionales al voto, como la inscripción de electores y de candidatos, o utilizar un software para los escrutinios con la capacidad de entregar resultados definitivos de manera rápida, segura y auditable. De esta manera, también le estamos apostando en el nuevo Código Electoral al respeto del ambiente, a través del uso de tecnologías limpias y planes de reciclaje que eviten al máximo el uso de papel en la preparación y desarrollo de las jornadas electorales. Más aún, las tecnologías electorales protegen a los procesos democráticos de situaciones excepcionales como la pandemia que ha enfrentado el mundo durante el año 2020 y que ha provocado la reprogramación o el aplazamiento indefinido de elecciones en cerca de 70 países.

Todas estas innovaciones se aplicarán en Colombia de manera gradual, de cara a la ciudadanía, con la realización de pruebas piloto que nos permitan desde la Organización Electoral continuar conociendo las tecnologías disponibles en este ámbito, identificar las ventajas y desventajas, socializar con los partidos políticos, asegurar el presupuesto suficiente y en general, crear el ambiente de confianza que requiere una transformación normativa y social de esta envergadura.

 

[author] [author_image timthumb=’on’][/author_image] [author_info]Dr. Alexander Vega Rocha, registrador Nacional del Estado Civil de Colombia.[/author_info] [/author]