Tras 40 años de gobierno, el sandinismo ha demostrado ser más que una revolución socialista en búsqueda de bien común y la igualdad. Es una dictadura de derecha con una cantidad de presos políticos, muertes y graves crímenes que alarma a la sociedad internacional. Donde se ha manifestado que el régimen de Daniel Ortega es capaz de hacer lo imposible con tal de lograr la desaparición de la oposición.
Esto parecería totalmente contrario al origen del Frente Sandinista por la Liberación Nacional, presidido por el mismo Daniel Ortega a fines de los 70´. El cual tenía como fin derrocar al régimen de la familia Somoza, que había gobernado el pueblo nicaragüense por 45 años, e instaurar un ambiente de progreso entre los ciudadanos nicaragüenses. El mismo tuvo un comienzo con vistas positivas en materia de educación, salud y sociedad civil y en contra del imperialismo estadounidense. Por eso es tan llamativo el vuelco que dio este partido al convertirse en un régimen de derecha con tendencias neoliberales totalmente contrarios a sus principios socialistas.
El duro golpe del régimen comandado por Daniel Ortega se manifestó a lo largo de 2018-2019, donde una multiplicidad de protestas tomaron lugar en Nicaragua con terribles consecuencias como muertes, desapariciones, torturas, presos políticos, es decir, un sinfín de violaciones a los derechos fundamentales de las personas. Se puede dar un número estimado de 535 muertes, las cuales todavía no han tenido justicia, y aproximadamente 4.353 heridos, según la estadística hecha por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos. Además de los 232 presos políticos conciliados en la lista del Comité Internacional de la Cruz Roja y los miles de desaparecidos.
Estos crímenes de lesa humanidad en contra de manifestantes opositores, ordenados por el presidente Daniel Ortega, su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo y el liderazgo sandinista llevados a cabo por simpatizantes del partido y la policía nacional, dieron lugar a la expulsión del partido Frente Sandinista por la Liberación Nacional de la organización Internacional Socialista el 29 de enero de 2019.
¿Hasta dónde puede llegar la represión a la oposición de Daniel Ortega y su grupo paramilitar? Esta pregunta se estaría volviendo imposible de contestar, ya que, se han vuelto noticia diaria las represiones y graves crímenes en Nicaragua contra todo aquel en contra de las políticas públicas e ideología del gobierno actual. Otra pregunta que debemos hacernos es ¿hasta cuándo va a continuar esta dictadura? Esto también es incierto, ya que, con la muerte del preso político Eddy Montes y los demás presos heridos, el gobierno ha violado el compromiso que realizó ante el pueblo nicaragüense en marzo pasado a «respetar las normas y estándares internacionales de tratamiento adecuado y humanitario de los presos» y a la liberación de presos políticos a más tardar el 18 de junio del 2019. Ante esta acción del gobierno, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, la cual se encargan de la negociación por la libertad de los presos políticos, han cancelado todas las negociaciones y llamado a paro nacional para ponerle fin a esta situación tan preocupante.
En conclusión, el futuro de Nicaragua es un problema que nos aflige a todos como latinoamericanos, ya que, se han vulnerado una gran cantidad de derechos humanos fundamentales, tales como la vida, la libertad, la libertad de expresión, entre otros. Con lo cual se tendría que poner fin a esta agonía nicaragüense por esta dictadura de derecha con principios socialistas ya inexistentes.
Agustina Najarro
Estudiante avanzada de la licenciatura en relaciones internacionales
Voluntaria de YFU (ong de intercambio estudiantil)