Los médicos cubanos: esclavos modernos del régimen

Es muy difícil de creer que viviendo en el siglo XIX, aún existan casos de esclavitud. Lamentablemente, esa es la suerte de centenares de miembros del personal de salud cubano que están sometidos a las atrocidades del régimen cubano, a quienes se les adjudica la crisis. Aún así, luego del 11J y los intentos del gabinete de limpiar la imagen del presidente Miguel Diaz-Canel, los videos e imágenes junto con los testimonios que evidencian la violencia de los militares trascendieron las fronteras y quedaron recopiladas por medios de prensa de todo el mundo.

La situación sanitaria de Cuba es deplorable. Desde julio se registró un aumento incesante de casos de Covid-19 – alrededor de 8500 casos en 24 horas, sumando en total 545.275 contagios y 4240 muertes desde que inició la pandemia. Sin embargo, la dictadura intenta contagiar tranquilidad en medio de la crisis sanitaria a través de la propaganda. Esta crisis se funda principalmente en la falta de insumos, tales como el oxígeno y

A pesar de que el Ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, haya admitido públicamente que “en los últimos días el sistema de Salud ha estado presentando limitaciones con la cobertura de oxígeno medicinal para la atención a los pacientes, a partir de una avería que ha sufrido la principal planta productora de oxígeno del país”, el presidente elige hacer fotografías rodeado de balones de oxígeno justo en el momento de escasez.

La falta de oxígeno ha sido denunciada principalmente en la provincia de Holguín. Dos de las tres productoras de oxígeno que yacen en la isla cubana se encuentran en la Base Aérea de San Antonio de los Baños. En dicho municipio comenzaron las manifestaciones pacíficas el pasado 11 de julio. La tercera ha sido montada recientemente por el Gobierno de Rusia, que donó la planta al país cubano. Es irónico que frente al potencial de las plantas aún existan “limitaciones” tal como afirma el gobierno cubano.

Debido a estas faltas de insumos es que los profesionales de salud decidieron hacerse oír por medio de dos videos. En los cuales, exigieron el respeto a su trabajo y reclamaron insumos para lograr atender a los pacientes en medio de esta pandemia. El primer video se realizó en respuesta a las críticas de Manuel Marrero, primer ministro, quien señaló que había críticas y denuncias del personal sanitario por “maltrato, por dejadez”. Entre los testimonios se encuentra el del doctor Reinier Ávila: ”Denuncio enérgicamente el colapso sanitario que tiene la provincia de Holguín y exigimos que se nos trate con respeto y que se nos provea a los medios de protección adecuada para poder trabajar”.

En respuesta, el gobierno contestó con mensajes de apoyo a los médicos entre ellos el presidente, vía Twitter, respondió: “Cada vez que nos parezca que estamos cansados, agotados, sobrepasados de este largo periodo de pandemia, pensemos en cuánto han entregado nuestros médicos y enfermeras”. Sin embargo, miembros del personal de salud denunciaron que sufrieron represalias en sus lugares de trabajo. Ante estas disconformidades los médicos alzaron su voz por segunda vez, pidiendo “menos queja” y “más apoyo al personal de salud”.

Pero no solo reclaman la falta de recursos y personal médico sino que además denuncian las violaciones que sufren durante las conocidas “misiones médicas” cubanas. Dichas misiones fueron las que nominaron al país a un Premio Nobel de la Paz. El gobierno cubano se da el lujo de compartir su personal de salud con otros países cuando su situación sanitaria es deplorable. Muchos médicos han ido a Venezuela a colaborar en Hospitales provinciales, y a su vuelta sin escalas al hospital cubano Antonio Luaces Iraola de Ciego de Ávila, que tuvo la mayor cantidad de fallecidos en la isla.

Según les comunicó el Ministro de Salud al personal de salud, “Ustedes no vienen a supervisar, vienen a movilizarse, a ponerle el pecho a la complejidad, van a encontrarse muchos problemas, pero sabemos que tienen la capacidad para resolverlos”. Durante la pandemia muchos médicos han sido desplegados desde Cuba hacia Venezuela para reforzar la asistencia debido a la carencia de profesionales.

Aún así, siguen quedando médicos en el exterior por medio de brigadas médicas del “Contingente Internacional de Médicos Especializados Henry Reeve”. Estas brigadas tienen un alcance de 19 países aproximadamente e incluyen profesionales (médicos, enfermeros, técnicos de laboratorio entre otros). Muchos de ellos se trasladaron a Nicaragua, Jamaica, Honduras, y como se mencionó anteriormente Venezuela. Se estima que en total son más de 1200 personas las que se encuentran obligadas a asistir a países vecinos de la región americana.

No es un trabajo digno, tal como afirman en los videos de reclamo. A ellos los obligan a trabajar únicamente para el Estado cubano, que obviamente restringe sus oportunidades de entrar y/o salir del país. De más está decir que reciben “míseros salarios que apenas garantizan la supervivencia”. Igualmente la profesión es una de las pocas que les permite mejorar en mínimas cantidades sus “pobres condiciones de vida y las de sus familias”.

En otras palabras, el personal sanitario cubano es esclavo del gobierno. Esto se demuestra en el hecho de que son forzados a firmar un contrato de trabajo con el Ministerio de Salud de Cuba o empresas del Estado que no precisa adecuadamente las condiciones y el lugar de trabajo, nuestra compensación y muchos otros aspectos que nos competen, y que no protege nuestros intereses”. Es más, su estadía en el exterior no les permite reunirse con sus familias en Cuba por largo tiempo y no los dejan viajar en caso de enfermedad o muerte de algún familiar allegado.

Usted seguro estará pensando por qué directamente no cesan de ofrecer sus servicios al gobierno. La respuesta es un poco obvia: porque no pueden. En caso de hacerlo, son sometidos a represalias que pueden significar hasta 8 años ya sea sin entrar al país o en prisión. Tampoco se les permitiría unirse a sus familias en el extranjero. Las imposiciones son claras y han sido denunciadas en múltiples casos por organizaciones como la Asociación Sindical Independiente de Cuba, No Somos Desertores y el Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba.

Estos grupos de profesionales denuncian que el salario del personal de salud es retenido en mayor parte por el empleador. Sumado a eso, los médicos están sometidos al Reglamento disciplinario para los trabajadores civiles cubanos que ofrecen sus servicios en el exterior. Entre algunas de sus cláusulas se encuentra aquella que les prohíbe manejar un automóvil, conocer nuevas ciudades e incluso dormir fuera de su residencia.

Es evidente que el personal de salud carece “de los derechos laborales más básicos protegidos por el derecho internacional e incluso por la legislación de la mayoría de los países donde somos enviados a laborar; en muchos países se nos requiere cumplir tareas de orden político”. Y los reducidos que tienen son violados por medio de vigilancia y presiones para delatar a aquellos que incumplen las imposiciones. Otro ejemplo de violación es el bloqueo al acceso de títulos o credenciales por parte del gobierno a los médicos, imposibilitando sus futuras ofertas laborales.

Todas estas denuncias han sido realizadas para que el Comité del Nobel de la Paz esté al tanto de las violaciones a las que son sometidos los profesionales de la salud cubanos antes de premiar al régimen por su ayuda a otros países. El régimen cubano ha impulsado campañas desde hace un año para conseguir dicho premio. Ha logrado atraer a un sector de la izquierda de múltiples países que han otorgado su apoyo al régimen.

No solo esto, sino que el gobierno ha impulsado campañas para silenciar todas estas acusaciones que evidencian la esclavitud moderna que viven los médicos cubanos, y principalmente el hecho de que son enviados a países desconocidos en donde deben prestar sus servicios de forma solidaria sin nada a cambio para ellos. Empero, si recibe acuerdos económicos el gobierno, de modo tal que beneficiará al régimen y perjudica a miles de familias y trabajadores.

Obviamente que los trabajadores cubanos deberían ser reconocidos a través de este prestigioso reconocimiento que se otorga a personas que lograron contribuir de una forma notoria a la sociedad por medio de investigaciones o actos, pero no sería tan feliz la experiencia cubana. Tal como afirman los firmantes de la Carta de los trabajadores de misiones médicas cubanas al Comité del Nobel de la Paz: “Los trabajadores de salud cubanos estamos obligados a trabajar solo para el Estado cubano, que restringe nuestra salida del país y nos compensa con míseros salarios que apenas garantizan la supervivencia; ser parte de una misión internacionalista es prácticamente la única forma de mejorar mínimamente nuestras pobres condiciones de vida y las de nuestras familias”.

El mundo entero ha visto con dolor luego del 11 de julio la condición social y sanitaria de la isla, la falta de insumos, remedios, personal de salud, pero aún así el régimen elige seguir enviando a sus ciudadanos fuera de sus fronteras a realizar trabajo humanitario. Los médicos quieren salvar vidas, pero para ello ruegan por insumos y la protección necesaria para sobrevivir a la pandemia. El Comité debe evaluar a conciencia esta petición de los médicos y ver si definitivamente vale entregar semejante reconocimiento al régimen.

Referencias