Como todos los 8 de marzo desde 1975 (fecha institucionalizada por la ONU) se conmemora el Día Internacional de la Mujer para conmemorar su lucha por la participación en la sociedad y un desarrollo íntegro en pie de igualdad con el hombre. La situación de la mujer a lo largo y ancho de todo Latinoamérica es preocupante (feminicidios, bajo acceso a puestos de representación política o de responsabilidad, carga de trabajo en el hogar, etc.) pero en este caso analizaremos la situación de la mujer en Cuba, que ha sufrido especialmente a la dictadura que rige desde 1959.
Ámbito Político
Dentro del ámbito político representativo, las mujeres en Cuba ocupan el 53, 4% en el parlamento. Esto ha sido una estrategia de “purplewashing” del régimen cubano, es decir, una medida política y de marketing apelando a su supuesto compromiso con la igualdad de género. Muestra de ello es que hay más de 137 mujeres presas por razones políticas. Aunque más de la mitad de los parlamentarios son mujeres, no hay una agenda de género, no hay una ley integral contra la violencia de género, y en el Gobierno están infrarrepresentadas, ya que si comprendemos cómo se lleva a cabo la política cubana, los puestos a los que las mujeres pudieron “acceder” no son determinantes.
El famoso techo de cristal afecta a todas las mujeres alrededor del mundo, pero en particular a las cubanas que ven cómo los órganos políticos relevantes del partido, y por lo tanto del gobierno, están ocupados desde siempre por hombres, dentro de un régimen dictatorial.
Ámbito Económico y laboral
En general la situación económica de Cuba es muy complicada para todos sus habitantes, ya que las personas no pueden acceder a productos básicos y, por lo consiguiente, quedan muchísimas necesidades insatisfechas. Desde la perspectiva de la mujer cubana esto se acrecienta de manera más significativa, ya que además de sufrir las consecuencias de la profunda crisis económica, en ellas recaen los trabajos domésticos, la búsqueda de alimentos y el cuidado de niños y de personas mayores.
Defensa de los Derechos
En Cuba, los derechos de las mujeres presentan muchísimos retos para su efectiva realización. Un ejemplo de ello es que en la Isla no hay un Ministerio de la Mujer. Las Instituciones públicas cubanas existentes para representar o defender los intereses y derechos de todas las mujeres, lo hacen desde la condicionalidad política; solo responden a los derechos de las mujeres que son afines a los intereses del régimen.
En Cuba, solo son permitidas aquellas organizaciones con personalidad jurídica que representan y defienden exclusivamente los intereses del régimen, tampoco pueden existir organizaciones con los mismos fines, lo que limita la representación organizada de las mujeres legalmente reconocidas a la FMC (Federación de Mujeres Cubanas). Si un grupo de ciudadanos intenta asociarse para crear una organización sin el aval del régimen o para realizar actividades para las cuales ya existe una organización similar, esta no contará con el reconocimiento del Estado cubano.
Femicidios en Cuba
En 2022 se reportaron en Cuba al menos 36 femicidios. Según los datos del informe de OGAT (Observatorio de Género de Alas Tensas), los 36 feminicidios ocurridos en 2022 un total de 26 fueron cometidos por parejas o exparejas, 4 tuvieron carácter sexual, 3 no pudieron ser clasificados, 2 vicarios, y 1 de tipo social.
También señala que no se tipificó el feminicidio en el Código Penal que entró en vigor en diciembre de 2022. Si bien, la violencia de género se toma por primera vez dentro del Código penal como agravante para diferentes delitos.
Además, Cuba sigue sin tener una Ley General Contra la Violencia de Género. Sin importar la presión de los grupos feministas, no se incluyó en el cronograma legislativo y se pospuso para el año 2028. Asimismo, Cuba aún no es parte de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belem Do Para), importante instrumento americano para defender y garantizar los derechos de las mujeres.
Como se ha visto, las mujeres en Cuba se encuentran totalmente desamparadas, no tienen instrumentos legales, ni sociales para hacer frente a una multiplicidad de violaciones a los derechos fundamentales. La falta de instituciones que las resguarden, protejan y defiendan deja entrever una vez más que en la agenda del régimen cubano no están las mujeres.