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Brasil

La política exterior de Brasil en el gobierno de Lula da Silva 

El 1 de enero de 2023, Luiz Inácio Lula da Silva asumió por tercera vez la presidencia de Brasil, con el apoyo de una amplia coalición de partidos y movimientos sociales. Su regreso al poder marcó un cambio significativo en la orientación de la política exterior brasileña, que durante el gobierno de Jair Bolsonaro se había caracterizado por el aislamiento, el alineamiento con Estados Unidos y la confrontación.

Brasil y su juego de equilibrio.

Lula Da Silva ha demostrado en sus últimos movimientos de la política exterior brasileña que tiene entre manos reactivar el principio de no alineamiento, el cual se mantiene hace décadas, con el fin de trazar una política que resguarde sus intereses en un sistema internacional en plena transición intersistémica con vestigios de la bipolaridad.

En medio de entretejer su estrategia en el plano internacional realizó múltiples visitas, una de ellas fue a Estados Unidos, en la cual ambas naciones, a través de un comunicado, apostaron por el fortalecimiento de la democracia. 

Semanas posteriores emprendió viaje a China, luego de haber rechazado la declaración final de la Cumbre de la Democracia, debido a su posición de no enviar armas a Ucrania y de recalcar la supuesta responsabilidad de  EE.UU en la guerra de Rusia y Ucrania.

Sus aliados en Latinoamérica

Por otra parte, la delegación brasileña encabezada por Celso Amorim, asesor especial de la presidencia y excanciller, viajó a Venezuela, donde se postearon publicaciones mencionando que había sido un encuentro agradable. Cabe destacar que las relaciones entre Brasil y Venezuela habían sido nulas en los últimos años, ya que el ex presidente, Jair Bolsonaro, había acusado a Nicolas Maduro de pisotear la libertad de expresión y perseguir a los opositores.

Además, la delegación de Brasil en Naciones Unidas se negó a firmar una declaración del Consejo de Derechos Humanos que condenó al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua por las violaciones a derechos humanos perpetradas en múltiples protestas. Es importante mencionar también la expatriación de 200 presos políticos, dejándolos en una situación de apatridia. A esta situación el gobierno brasileño respondió que estaba sumamente preocupado por la situación y que se ofreció a acoger a los apátridas.

Estas medidas tomadas por el gobierno de Lula Da Silva dejan entrever que su mirada de cooperación en América Latina tiene ciertos sesgos en relación con elegir a sus aliados por su cumpliento a los principios básicos de la democracia.

¿Qué objetivos tiene Lula en las relaciones exteriores de Brasil?

Teniendo en cuenta que luego del periodo de Bolsonaro, la democracia en Brasil muestra secuelas de una etapa caracterizada por la convulsión política y la polarización, lo cual tuvo un grave efecto en la confianza de las instituciones públicas, además no hay que dejar de lado que el triunfo de Lula se dio por un resultado bastante cerrado, el actual presidente ganó por el 50,83% de los votos y el exmandatario quedó segundo con el 49,17%, que si bien lo aleja de la presidencia sigue teniendo poderío en el ámbito legislativo y en el ejecutivo en muchos estados.

El presidente de Brasil, a raíz de estos sucesos, tiene una agenda orientada a recuperar el prestigio regional y recomponer su relación con China, quien es su principal socio comercial. En su visita a China, mencionada anteriormente, logró la firma de 15 acuerdos económicos, lo cual genera concordancia con la desinversión de EE.UU en Brasil, pero lo que cabe preguntarse es: ¿Lula priorizará los intereses económicos ante los principios democráticos?

En conclusión, se puede afirmar que la política exterior del gobierno de Lula da Silva representa un afán en recuperar el prestigio y la influencia internacional de Brasil tras el período bolsonarista. Así lo demuestra el reconocimiento y el apoyo que ha recibido de diversos actores regionales y globales, así como de la opinión pública nacional e internacional. Sin embargo, también se puede señalar que esta política exterior enfrenta importantes desafíos y dilemas, derivados de la complejidad y la incertidumbre del escenario mundial actual, donde coexisten oportunidades y amenazas para los intereses y los valores de Brasil.