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Entrevista a Luz Escobar: “Los cubanos ya no le aguantan otra crisis a este gobierno”.

 

Luz Escobar es Fundadora del diario digital 14 y Medio, lleva 5 años como periodista independiente, comenzó como fotógrafa pero la necesidad le llevó a hacer labores de reportera, dentro de su equipo todos se han convertido polifuncionales. Recientemente culminó sus estudios en lengua francesa.

Saltó a la fama el mes pasado cuando fue arrestada y conducida a la estación policial de Santiago de las Vegas, en La Habana. Estaba haciendo un reportaje sobre los damnificados que habitan un albergue después de que en 2018 el huracán Irma azotara la isla.

Debido a la presión nacional e internacional, Escobar fue liberada cinco horas después. A continuación sus palabras:

La comunidad internacional tomó nota de la represión del gobierno al colectivo LGTB. ¿Puedes describirnos cómo se ha llegado a esta situación?

La marcha de la comunidad LGBT del 11 de mayo pasado fue sin duda un hito de los últimos 60 años, porque nunca antes se había organizado la sociedad civil de manera espontánea y exitosa. La diferencia es obvia. Recientemente el gobierno permitió que en los móviles las personas tuvieran teléfono a través de un servicio de datos móviles con la tecnología 3G y 4G, y esto habilitó que las personas pudieran organizarse a través de las redes sociales de manera espontánea. Ocurrió sin un liderazgo y eso facilitó mucho que la gente se identificara, no importa de qué comunidad de LGBT, no importa si eras de la oficial o de la independiente, movilizó a muchas personas. ¿Cómo se llegó a esta situación? El CNSEX que dirige Mariela Castro, la hija de Raúl Castro, anualmente desde hace ya casi doce años en su jornada contra la homofobia organizaba una conga que por toda la calle La Rampa muy popular, en la calle 23 del Vedado en La Habana, marchaba con sus travestis, transexuales, gays en una conga que podía tener 500 metros. Esa era una forma de visibilizar a esa comunidad. Mariela este año, a raíz de un comunicado que sacó diciendo que la coyuntura internacional y que bla bla bla, no podía hacer esa conga y estaba cancelada. Esto motivó que la comunidad LGBT se movilizara para de todos modos hacer la conga sin el apoyo institucional. Tiene un antecedente. Tiene el antecedente de que hay una ruptura con Mariela Castro que quiere monopolizar esta comunidad, pero la quiere monopolizar con su enfoque político de apoyo a la revolución cubana, al socialismo y a las personas que están en el poder. Entonces hay un grupo de gays, lesbianas y trans que no se sienten identificados. Hay una parte de esta comunidad que es más vulnerable que es la comunidad trans que depende más de la oficialidad porque dependen de los medicamentos, del tratamiento, de las drogas que toman para mantenerse, dependen de ellos para las operaciones y dependen de ellos para obtener el carnet de identidad con la nueva asignación de sexo. Esta comunidad todavía está bastante pegada al CNSEX pero de manera general los gays, las lesbianas y esta otra parte es más independiente. Por eso había tan pocos trans en la marcha del sábado. Mariela Castro los utiliza para sus campañas políticas.

¿Qué impacto tuvo en la sociedad cubana? ¿Crees que podría derivar en otras protestas?

El impacto que tuvo en la sociedad fue bastante importante, no son los tiempos en los que una manifestación de 300 personas pueda ocultarse. Todos los que estaban por Prado hicieron fotos, videos, se subieron a las redes sociales. Ahora, ¿dónde estuvo el mayor impacto? El mayor impacto estuvo en que al final de la marcha, después de caminar todo Prado hubo represión; el gobierno impidió que la marcha continuara por Malecón de manera que movilizó a las fuerzas del orden, a la policía, a la Seguridad del Estado y reprimió a 3 o 4 de los manifestantes. Al final visiblemente fueron 3 o 4 reprimidos pero en total fueron 7 detenidos que fueron sacados de la marcha de manera violenta; uno de los muchachos terminó con la cabeza rota, con puntos y todo en la frente. Eso quedó registrado en las cámaras de la televisión internacional y en los celulares de muchos cubanos. E impactó de manera brutal en las personas que se solidarizaron de manera unánime en sus posts; artistas, personas de influencia en Cuba que se pronunciaron en contra de la represión, como por ejemplo: Vicente Feliú, Silvio Rodríguez, la cantante Haydeé Milanés, el actor Luis Alberto García, entre otros muchos.

¿Podría tratarse de un momento bisagra?

Yo creo que este impacto puede motivar, inspirar y promover otras propuestas. Mira, recientemente se dio una marcha contra el maltrato animal. La diferencia es que las personas que están promoviendo, los protectores de animales, pidieron permiso al gobierno y el gobierno se los dio e hicieron una marcha muy linda por la calle 25 hasta el cementerio para visibilizar esta lucha contra el maltrato animal. Esa marcha se dio con éxito no hubo represión y tenía permiso. Fijate que unas semanas después ocurre esta marcha espontánea sin permiso y con represión. Creo que ha habido un paso en la sociedad civil cubana que ha descubierto que se puede organizar online y luchar por una causa. Ahora lo que falta es que otros cubanos se unan en una causa, convoquen y los demás se movilicen. Eso está por ver. Ahora mismo no hay qué comer, hay mucha inconformidad, la represión continúa y ese puede ser un pie para otras marchas.

Sabemos que te han detenido por tu profesión. ¿Cómo es hacer periodismo en este contexto autoritario?

Ayer el diario digital 14ymedio casualmente cumplió sus primeros 5 años. En ese tiempo yo he sido detenida por mi trabajo dos veces. Una vez al principio de empezar aquí a trabajar, un 10 de diciembre, cuando intentaba fotografiar en el cine Yara, en 23 y L en pleno corazón del Vedado, una manifestación de las damas de blanco que querían visibilizar la lucha por la liberación de los presos políticos y fueron reprimidas por la seguridad del Estado y la policía. Yo estaba intentando fotografiar y me llevaron detenida. Esta situación también hace poco se repitió. Hace poco en un albergue de damnificados del reciente tornado que pasó me detuvieron y paralizaron mi trabajo. Esa es la vulnerabilidad que tiene uno por ser periodista independiente, suceden esas cosas, que te detienen. También te pueden citar. El Estado te puede citar y hacerte un interrogatorio. Así me pasó también tres veces seguidas, en diciembre de hace dos años. Es muy incómodo, te hacen perder el tiempo. Pero esa situación a mí en lo particular no me intimida ni me frena para hacer mi trabajo. Sencillamente, la labor del periodista, que es informar, que es buscar información, para que las personas estén informadas, o sea que estén al tanto de lo que está pasando en el país. Es una cosa que me inspira, es algo que me dice “hay que hacerlo”, o sea, no importa el costo que tenga. En definitiva, tampoco yo creo que ellos sean capaces de desatar una ola violenta contra los periodistas. Ellos simplemente están jugando con el miedo, inoculando el miedo, todo está en que tu compres o no el miedo. Yo no lo compro, no les creo que ellos vayan a reprimir de manera masiva y violenta. Todas estas represiones y detenciones arbitrarias y citaciones son para intimidar. Y a veces funciona y a veces no. El periodismo en un sistema autoritario tiene otras consecuencias que ya no dependen de tí como persona, si estás dispuesto o no a trabajar. Tiene que ver con que el gobierno no es transparente con su información pública. En ningún Ministerio tú puedes llegar y pedir información. Tiene que ver con que las fuentes normales, las personas, no ya las fuentes del gobierno, las personas tienen miedo de hablar contigo, en la mayoría de los casos, así sea lo más sencillo del mundo. Muchas veces la seguridad del Estado, porque tú das testimonio a la prensa independiente, va y te presiona, ¿y por qué tú hablaste con este medio? Y la gente tiene miedo de colaborar con los medios independientes. A pesar de eso muchas personas no tienen miedo. Pero es incómodo porque en la mayoría de los casos se hace lento el proceso de investigación de un reportaje; por eso, porque las fuentes oficiales no están, las fuentes de las personas que trabajan en un lugar que te pueden contar lo que está pasando, si estás investigando en la educación o en la salud también se complica. Y lo otro es que ellos tienen el monopolio de la información, o sea los medios públicos están en manos de ellos, la prensa, la televisión, la radio. Y crean la matriz de opinión que les da la gana todo el tiempo y mantienen a la población desinformada. Eso está cambiando con la llegada a los móviles y a las casas cubanas de la internet. Es increíble como lo que antes se demoraba un mes en llegar a una persona hoy llega en minutos.

¿Imaginas una Cuba democrática? ¿Qué características podría tener una transición política?

Claro que imagino una Cuba democrática, por supuesto. Las características de esta Cuba democrática, que todos soñamos, plural e inclusiva, van a depender de cómo sea la transición. Si la transición es violenta, o sea a raíz de un descontento popular que derive en represión, y la represión derive en que las personas que estén en el poder hagan elecciones o no, y se vayan simplemente a otro país y dejen el campo libre. Va a depender de eso, de si los que están hoy se transforman como ha pasado en otros países, como en la República Checa o Eslovaquia, que se vayan transformando. Eso va a estar en gran medida influyendo en cómo va a ser esa transición. Si los que están hoy en el poder se disfrazan de empresarios y empiezan a actuar de una manera distinta y liberan las fuerzas productivas y dejan que haya otros partidos políticos y empiezan a ver a los cubanos como las personas libres que son y no como prisioneros.

¿Qué le dirías a los que desde países democráticos todavía apoyan al gobierno de Castro y Díaz Canel?

Los países que apoyan todavía a este gobierno yo solo les digo una cosa: imaginen que un día se levantan en sus casas y su país tenga un solo partido, una sola prensa, un presidente que responde a los intereses de un poder solamente, que no haya una asamblea que represente otros poderes minoritarios de la sociedad. Imaginen eso y crean que cuando apoyan a Cuba están apoyando eso. Y eso en el siglo XXI no es viable para nadie. Nadie quiere eso.

La situación de Venezuela ha debilitado al gobierno de Cuba y ya se ha insinuado que se podría volver a un nuevo período especial. ¿Hay margen para tolerarlo por parte de la sociedad?

Evidentemente el colapso de Venezuela ha influido muchísimo. La crisis en Cuba se está notando. El gobierno no tiene dinero para comprar comida ni pedir medicina ni producir nada. Estamos en una crisis que va de mal en peor. Ahora, período especial de nuevo no creo que de manera así brutal como sucedió en los años ´90. La sociedad cubana de hoy no es la sociedad de los años ‘90. Es una sociedad más abierta. Hay personas que salen, que entran y traen cosas. El desabastecimiento es enorme pero nunca va a ser total como ocurrió en los ‘90. Entonces no creo que se dé ese desplome total. Puede haber crisis puntual de alimentos, como está pasando, que se sostenga en el tiempo y que se vuelva una crisis aguda; puede suceder igual con la gasolina, que cree otro mecanismo de apagones y que la gente se disguste porque obviamente ya no somos los de antes. Y margen para tolerarlo, ninguno. Se nota, las personas están que ya no le aguantan otra crisis a este gobierno.

¿Qué balance haces del proceso de la reforma de la constitución? ¿Hubo algún tipo de  apertura política?

El proceso que se hizo en Cuba para la Reforma Constitucional que derivó en una nueva Constitución desató en un principio una ola de esperanza en que pudiera incluirse algún tipo de reforma política. Pero esa opción nunca ocurrió, ni la más mínima. Podemos decir que el balance es nulo, en definitiva. Yo no lo consideraría un balance positivo, tampoco negativo, porque básicamente la Constitución que tenemos ahora adolece de los mismos problemas que tenía la otra. Sin embargo, hay algo que puede señalarse como una victoria de la sociedad civil: que se organizó para la campaña de manera independiente en las redes sociales que era la campaña por el NO: “yo voto no” a una campaña contraria totalmente a la Constitución. Porque se hizo de espaldas al pueblo, porque las opiniones de las personas en la Asamblea no se tuvieron en cuenta. Esa campaña “yo voto no” yo creo que significó un dato importante, ahí están las cifras de cubanos que dijeron que no para mí es lo más significativo que tuvo ese proceso. En definitiva, lo que más queríamos todos no está ahí, que es que haya una apertura en el plano político y económico y eso no ocurrió.

Si pudieras pedir tres deseos para tu país, ¿cuáles serían?

Los tres deseos para mi país… es sencillo. Lo que queremos todos es que en este país finalmente despenalicen eso que llevan años haciendo que es penalizar la discrepancia política. Las personas que piensan diferente en este país son vistos como delincuentes, a los ojos del gobierno, y así lo dicen en la prensa oficial, aunque lo disfracen. Eso debe cambiar ya. El gobierno tiene que aprender a tolerar al que piensa distinto. Segundo, tiene que haber elecciones libres, tienen que acabar de aceptar partidos políticos diversos y crear en la televisión espacios para ellos, para que muevan sus proyectos, para que se organicen; tienen que darle un tiempo a esos partidos para que se comuniquen con su electorado, y hagan campaña y hagan elecciones libres en 2020 o 2021, pero eso tiene que pasar ya. Y obvio que tiene que haber apertura para las personas que tienen negocios privados o planes de hacerlo, eso se traduce en liberar las fuerzas productivas y darle libertad a las personas que negocien con lo que quieren y no con un margen de licencias que el gobierno administra a conveniencia de lo que tenga en mente en ese momento.