Elecciones Cuba 2023: abstención récord y datos incontrastables
El domingo 26 de marzo de 2023 tuvieron lugar en Cuba las elecciones generales para la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP). Este proceso, que se realiza cada cinco años desde 1993 (cuando se instaló esta modalidad de votación), tuvo por objetivo la ratificación de una lista única de 470 candidatos (uno por cada una de las 470 bancas del legislativo), que ejercerán sus funciones por el período 2023-2028.
Cuba llegó a estas elecciones generales muy diferente a como se encontraba al momento de las de 2018, más allá de los cambios políticos-institucionales surgidos de la reforma constitucional de 2019. Este proceso fue acompañado del surgimiento de nuevos liderazgos y el renacimiento de una sociedad civil independiente, siendo el internet la principal herramienta para la difusión de material no oficialista.
Durante el 2022 se llevaron a cabo el referéndum sobre el nuevo Código de las Familias el 25 de septiembre y las elecciones municipales del 27 de noviembre. En el referéndum, la suma del voto al “No”, la abstención electoral (25,88%) y los votos en blanco o anulados representó un 53,3% del padrón, la primera vez en la historia de la Revolución Cubana que una mayoría del electorado no votó de acuerdo con la línea oficial. Para las municipales se saldó con una abstención aún más alta (31,41%) que, sumada a los votos en blanco y anulados, representó un 38,9% del padrón y casi una mayoría en La Habana. Dados estos resultados, lo más importante de cara a estas elecciones generales pasó a ser la posibilidad de que se profundice la abstención.
Los resultados demostraron que a pesar del dudoso aumento de la participación con respecto al año pasado, se trata de la elección general con menor participación desde la instauración de las ratificaciones directas en 1993.
El informe también realiza un repaso sobre la conformación del Consejo Electoral Nacional (CEN) y sus extensiones en los territorios provinciales y municipales, órgano creado en el texto constitucional aprobado en 2019. De acuerdo a la Ley Electoral, los tres principales cargos de la directiva del CEN son propuestos por el presidente de la República y deben contar con la aprobación de la ANPP o el Consejo de Estado. Eso quiere decir que su nombramiento y elección no solo debe pasar por estos filtros del poder del Estado cubano, sino que les corresponde elegirlos.
Además presentamos un análisis sobre la lista de candidatos y el proceso de selección de los mismos, que la mitad son elegidos por los delegados de las Asambleas Municipales del Poder Popular, mientras que la otra mitad se eligen por representantes de las “organizaciones de masas”, que en teoría son representativas de distintos estratos de la sociedad cubana. Sin embargo muchas de las nominaciones realizadas por las organizaciones de masas reflejaron (en forma accidental o intencional) su papel realmente vacío en la representación tanto de la sociedad cubana en su conjunto como del estrato social al que representan.
Aunque la Ley Electoral establece en el artículo 85 que el sistema electoral cubano excluye todo tipo de propaganda, tal y como se vio en el referéndum sobre el Código de las Familias y en las elecciones municipales, gran parte de la propaganda oficialista viola la mencionada disposición. Las principales consignas en este sentido son “#MejorEsPosible” y, más recientemente, “#YoVotoXTodos”.
Esta ley no prevé el monitoreo ciudadano o la observación electoral, y en la práctica enfrenta una criminalización y persecución constante, así como tampoco está contemplada la participación de ciudadanos radicados en el extranjero en elecciones nacionales. Para el referéndum del Código de las Familias pudieron votar los cubanos en el exterior que forman parte de las misiones diplomáticas, médicas y deportivas, es decir, funcionarios del gobierno en el exterior. Por lo tanto, la mayor parte de la diáspora cubana queda excluida del proceso.
Si bien es claro que el régimen gobernante no tiene ninguna intención de permitir la transición hacia la apertura de un modelo que cumpla con parámetros elementales de integridad democrática, y que brinde garantías mínimas de participación plural a todas las voces, Transparencia Electoral propone 10 medidas mínimas (necesarias pero no suficientes) para para que Cuba pueda avanzar hacia una transición democrática a través de elecciones:
- Eliminar el régimen de partido único y la irrevocabilidad del modelo socialista
- Eliminar las restricciones arbitrarias de los derechos civiles y políticos que impiden la libre participación política
- Eliminar las comisiones de candidaturas y las organizaciones de masas
- Facilitar la constitución de partidos políticos diversos y organizaciones de la sociedad civil independientes
- Garantizar la libertad de expresión y prensa, de manera que los electores puedan informarse a través de fuentes diversas en igualdad de condiciones
- Establecer el voto directo como mecanismo de elección del Poder Ejecutivo
- Constituir órganos de administración y justicia electoral profesionales y funcionalmente independientes
- Incorporar en la legislación la figura de observación electoral nacional e internacional de largo alcance
- Someter a una auditoría exhaustiva por parte de actores independientes todo el sistema electoral
- Brindar recursos de reclamación efectivos que permitan cuestionar la legalidad o constitucionalidad de determinados actos
Para conocer más, te invitamos a ver el informe completo.