El pasado miércoles 19 de mayo, Demo Amlat convocó a especialistas y activistas de la sociedad civil para analizar la sanción de la nueva normativa cubana sobre Bienestar Animal publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba el 10 de abril de 2021, con el objetivo de conversar sobre el rol que está cumpliendo la movilización de los animalistas y la experiencia en diferentes países de la región. El video completo de esta presentación se encuentra disponible en este link.
Moderada por Valentina Cuevas, Coordinadora del Observatorio Legislativo de Cuba, la actividad contó con la intervención de Martín Scotto (Abogado, Docente de la cátedra de Derecho Animal – UBA); Victoria González Silvano (Dra. en Derecho, Docente de la cátedra de Derecho Animal – UBA); Javier Larrea Formoso (Activista cubano por los derechos de los animales, estudiante de Derecho); Suzzane Rivera (Directora de Asociación Amigos de los Animales); Lorena Bellolio (Presidenta de Protección Animal Ecuador); y Úrsula Serdarevich (Doctora en Salud Pública, voluntaria en El Paraíso de los Animales).
Para comenzar, tomó la palabra Martín Scotto, resaltando como punto de partida de este análisis el trabajo realizado por los jóvenes y activistas que salieron a la calle para reclamar por los derechos de los animales. «La movilización social y la participación ciudadana ha hecho que el gobierno ponga en agenda los derechos de los animales» agregó.
En cuanto a lo que representa el decreto como marco legal, adelantó que como en todo debate “es cuestión de ver el vaso medio lleno o medio vacío”. Cuando se aprueban este tipo de proyectos en diferentes Estados, suelen estar marcados por ciertos intereses de acuerdo al termómetro social que se atraviesa, por ello reconoció que «en el marco cubano, su aprobación es 100% ganancia, pero en comparación con los avances en otros países el decreto atrasa un par de años». Como tal, este decreto representa un piso para que los cubanos puedan reclamar por más derechos en favor de los animales.
También realizó un breve repaso sobre los artículos incluidos en el Decreto-Ley sobre los cuales se debe advertir para futuras reformas. En este sentido confirma que algunas concepciones confusas pueden caer en vacíos legales, por ejemplo en el empleo de animales para el trabajo y las riñas de gallos. Por otra parte, menciona el Artículo N°59 referido a las sanciones para aquellos que no cumplan con la ley, estimando que sería necesario profundizar en una pena un poco más severa ya que «algunas veces las multas no son suficientes para condenar comportamientos sociales que perjudican a los animales».
Retomando algunas ideas sobre la importancia de que haya existido en Cuba un movimiento capaz de llevar adelante esta primera legislación en favor de los animales, Victoria Gonzales Silvano, comenzó afirmando que «es cierto que el decreto es poco, pero antes no había nada y este es un primer paso». Considerando que a partir de allí podrán surgir nuevos proyectos con la oportunidad de asegurar el resguardo de sus derechos.
A modo de ejemplo, Gonzales trajo a colación el Fallo Sandra en Argentina, uno de los primeros antecedentes en torno al reconocimiento de los animales como sujetos de derecho. Añade que este fallo trajo consigo una serie de cambios en la concepción que se tenía de los animales y su capacidad de sintiencia. Partiendo de la idea de que «tengamos en cuenta una realidad, nosotros trabajamos por los derechos de los animales porque ya los tienen, solo falta que sean reconocidos legislativamente».
Por último, retomando la comparación con el caso argentino, reconoció que en el país se tienen cinco fallos pero no se ha logrado una ley. Por ello resolvió que más allá del atraso que inviste al Decreto-Ley de Bienestar Animal, no es tan difícil poder recuperar las cuestiones que quedaron al margen. «Esperamos que haya una pronta aplicación y modificación del Decreto-Ley en Cuba» culminó.
Desde Cuba, Javier Larrea Formoso, recordó que hasta el momento en la Isla no había existido un marco legal que reuniera los derechos de los animales, de allí la importancia de que se aprobara este Decreto. Pero insiste en partir sobre este primer análisis: «cuando nosotros vemos el Decreto-Ley, encontramos desde el principio que hay una ausencia de los pilares fundamentales del Bienestar Animal». Comenta entonces, que se han omitido cuestiones esenciales, incluso como lo referido a la prohibición o disminución de la experimentación en animales.
También destaca que existen confusiones en el decreto ley sobre determinados conceptos. Entendiendo que, como tal, una legislación no debería librarse a la interpretación de quien la aplique, sino que debería presentar concepciones claras. Este es el caso de la eutanacia y sacrificio, utilizadas a modo de sinónimo incorrectamente en la redacción del proyecto. «La eutanasia siempre se va a tratar en favor de los animales, y el Decreto-Ley aplica este término incorrectamente» agrega.
Otro punto que el activista destaca tiene que ver con la prohibición de las peleas de animales, distinguiendo que «el Decreto-Ley prohíbe los enfrentamientos entre todas las especies menos las riñas de gallos» ya que estas estarían aprobadas por por el MINAC, fomentando las peleas de gallos. De este modo, expresa que el Decreto-Ley no ha cumplido con las expectativas que se tenían desde el movimiento animalista.
Ursula Serdarevich, nos ha relatado brevemente cómo ha surgido y es llevado hasta el día de hoy el trabajo que realizan desde la Fundación El Paraíso de los Animales. Hace más de 30 años que los fundadores de la organización comenzaron trabajando por el rescate de los animales, hoy cuentan con un predio propio donde continúan velando por el bienestar de más de 850 animales de diferentes especies rescatados del maltrato animal. «Aproximadamente tenemos un gasto semanal de $75.000 en alimentación de los animales y nos apoyamos mucho en la ayuda de la gente de la zona» mencionó.
Muchos de los animales no humanos que viven en el predio han sido rescatados de una situación de violencia, por ello destaca que «para nosotros cada uno de nuestros habitantes tiene una historia y un trayecto recorrido». Por ello continúan trabajando para concretar un hospital veterinario propio donde puedan ser tratados los miembros del predio y que esté a disposición de la población de General Rodríguez.
Por último enfatizó en la importancia que tiene para ellos como institución mantener los proyectos de voluntariado, padrinazgo y alianzas con otras organizaciones, ya que es fundamental visibilizar la situación por la que atraviesan muchos animales no humanos y que «en este momento, como muchos de los refugios, nuestro predio ha colapsado en función de la cantidad de habitantes».
Por su parte, Lorena Bellolio subrayó la importancia de poder dialogar sobre cómo se dan estos procesos en diferentes puntos de la región, para incluso poder contribuir con el trabajo que cada uno viene realizando. «Me sorprendió muchísimo saber que existe en Cuba un movimiento animalista, entendiendo que esto no empezó ayer» remarcó sobre el caso de la movilización de los activistas cubanos.
Reafirmó la idea de que la aprobación de esta nueva normativa es un primer paso, asumiendo que, más allá de las deficiencias que pudiera presentar, previamente no existía nada. “Lo que está pasando en Cuba es muy bueno, porque ya se habla de los animales” afirmó. También destacó que es necesario que exista un compromiso para apoyar y acompañar desde la región a los activistas en Cuba para llevar adelante las reformas necesarias.
Por último, llamó a los activistas a no desalentarse por los resultados de este Decreto, ya que «en Ecuador no tenemos un régimen como el de Cuba, y aún así nos ha pasado exactamente lo mismo». Lo que sucedió en Cuba, se replica en otros países, porque cada proyecto está atravesado por los intereses de quienes toman las decisiones.
Suzzane Rivera, hizo un breve repaso sobre la experiencia como organizaciones en la aprobación de una Ley sobre Derecho Animal en Guatemala. Suzzane es parte de la Asociación Amigos de los Animales que lleva trabajando por su reconocimiento hace más de 22 años. La Ley de Bienestar Animal de Guatemala fue aprobada en el año 2017 tras un largo proceso de redacción y consenso de ideas. Finalmente, al momento de aprobar la normativa, al haberse hecho a un lado a las organizaciones sociales, Rivera resalta que el producto de esa ley no reflejaba las expectativas de estos movimientos.
Por ejemplo, al momento de la aplicación de lo establecido para realizar las denuncias pertinentes por maltrato animal, Rivera declara que «el problema que hemos detectado es que la denuncia por maltrato animal lleva demasiados trámites». En este sentido, explica como el proceso no protege a los denunciantes, promoviendo que muchos ciudadanos no se animen a denunciar; por otra parte, muchas de estas denuncias no llegan a ningún fin.
En relación con el trabajo de las organizaciones, recordó que lejos de verse beneficiadas por la reglamentación, «las asociaciones legalmente inscriptas nos vemos perjudicadas por la ley, ya que debemos pagar inscripciones y el derecho a tener un refugio, mientras hay rescatistas u organizaciones independientes que no son reguladas».
A modo de conclusión, Rivera aconsejó a los activistas cubanos: «Mi recomendación como parte de una organización es que debemos fiscalizar y presionar para que la Ley se haga cumplir por el bienestar de los animales».
Desde DemoAmlat agradecemos a las y los participantes en este panel.