Este lunes 14 de septiembre DemoAmlat celebró el panel “La respuesta legislativa a las demandas de la comunidad afrodescendiente en la región” donde junto a reconocidos activistas y especialistas se analizó el papel de las comunidades afro en la democracia de América latina.
La actividad moderada por Valentina Cuevas, Coordinadora del Observatorio Legislativo de Cuba (OLC), contó con la participación de Stuardo Ralón, Relator para Cuba de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH); Maria Matienzo, Periodista Independiente; Alejandro Bolaños de la Asociación Grupo de Pensamiento Afrodescendiente (GPA); Ana Yency Lemus de Afrodescendientes Organizados Salvadoreños; Marco Antonio Ramírez en representación de Ashanti; Marta Salgado Henriquez de la agrupación Oro Negro; y Negumbi Celestin Sukama del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (IARPIDI).
La primera exposición estuvo en manos de Stuardo Ralón que en representación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destacó la preocupación y el seguimiento constante que se viene realizando desde la Comisión sobre la situación de los derechos humanos en Cuba.
Hizo referencia a que en el último Informe País sobre Cuba se ha incluido un apartado especial referido a los pueblos originarios. “En el último informe de la CIDH se destaca la ausencia de datos claros sobre la población afrodescendiente”, recordando que gran parte de los datos de este proyecto fueron aportados por los testimonios de cubanos e informes realizados por la sociedad civil, ya que la Comisión no consiguió ingresar a la isla para profundizar la investigación. De todos modos y a raíz de la ausencia de estadísticas que se aproximen a la realidad, reconoció que “el hecho de que no existan datos claros y concretos no significa que no se estén vulnerando los derechos de la población afrodescendiente”.
Además se refirió a los atropellos que se dan con cierta periodicidad en contra de la libertad de los cubanos y afirmó que “todas las recomendaciones hechas en el informe solo se pueden implementar en un régimen democratico” sugiriendo la urgencia de apostar por un cambio de sistema en Cuba.
En segundo lugar, Maria Matienzo, quien recientemente colaboró con la edición de agosto 2020 del Informe del OLC, hizo mención especial de la relación que se ha construido en la isla entre la figura de la persona afrodescendiente y la delincuencia. Explicó que son las mismas instituciones las que han puesto en práctica un perfil policial racial que criminaliza a los afrodescendientes y que se ha volcado sobre los entramados de la sociedad. Por lo que aseguró que “es tan peligroso que los medios oficiales no aporten datos, como que la sociedad los invisibilice”.
Contó que en el último censo en Cuba se dio la posibilidad a cada ciudadano de autodefinirse como afrodescendiente y los resultados de la autodeterminación fueron muy bajos, asegurando que en la realidad no es así. “El racismo estructural ha calado tanto que en el último censo un porcentaje muy bajo de la sociedad se considera negra” aclaró.
En el último tiempo la Isla fue testigo de un fenómeno conocido como “los coleros”, María reconoció que gran parte de los imputados por estos delitos son personas negras y es por ello que “la sociedad tiende a no reconocerse como afrodescendientes para no ser discriminado o vinculado con estos perfiles raciales”.
Luego siguió la exposición de Negumbi Celestin Sukama, representante de IARPIDI (Argentina), quien enfatizó en la necesidad de poner el acento en la participación en la toma de decisiones de la comunidad afro en nuestra región, «la democracia es esencial para el desarrollo de los derechos en América latina y los afrodescendientes somos parte de América latina y por tanto merecedores de esos derechos».
Tambien desarrolló un breve repaso por la historia de los afrodescendiente en Argentina, su llegada como esclavos, las dificultades para ganar su libertad y la discriminación incluso por parte de grandes figuras de la política argentina que descalificaron a la comunidad afrodescendiente bajo la europea. «A lo largo de la historia algunos próceres no reconocían a los negros, aunque la comunidad afro dio su vida por la independencia» dijo.
Subrayó que hasta el día de hoy se continúan presentando proyectos que les permitan una mayor representación en la vida política para continuar con la lucha por sus derechos. En relación a esto mencionó que “en la actualidad continúa postergada la posibilidad de garantizar la participación de la comunidad afro en la toma de decisiones».
Desde Chile, Marta Salgado, presidenta de la organizacion Oro Negro, nos contó que hace más de veinte años vienen luchando desde el sur del país por los derechos de la comunidad afrochilena. Distinguió que una de sus mayores dificultades es la de llegar a la legislatura, en sus propias palabras: «Nuestra mayor desventaja es la distancia física a la capital de Chile, por lo que trabajar en materia legislativa es una dificultad».
Sobre la cuestión legislativa destacó que «el año pasado (2019) se promulgó la ley de reconocimiento de la comunidad afro-chilena» esta ley permite incluir la historia de los afrochilenos en la currícula escolar, el reconocimiento de las ONGs y su inclusión en el censo. Gran parte de su trabajo gira en torno a la conservación de la cultura afrodescendiente y de sus raíces.
Por otra parte afirmó que están trabajando para incluir una modificación en la nueva constitución que les permita mayor representación. «Actualmente estamos trabajando para la incorporación de los escaños reservados para pueblos originarios» agregó y remarcó que el nuevo desafío será definir y elegir cuáles serán sus representantes.
Por su parte, Alejandro Bolaños, representante de la organización Asociación Grupo de Pensamiento Afrodescendiente (GPA) de Ecuador, rescató la importancia de conocer la historia y los avances en materia legislativa que nos permitan aunar puntos en común para trabajar. «Efectivamente hemos tenido que sobrellevar los rezagos del colonialismo» recordó y afirmó que esto significó a lo largo del tiempo una serie de desventajas.
Sin embargo, en materia legislativa, reconoció que aunque existen gran cantidad de instrumentos que alegan salvaguardar los derechos de la comunidad afro, usualmente estas regulaciones suelen chocar con la realidad en su aplicación. Por ello cuestionó que «es necesario definir el rol de las organizaciones para controlar que en la realidad se cumpla lo establecido en las normas».
Apuntó que lo mismo sucede con los representantes que acceden al poder, ya que estos terminan respondiendo a las exigencias partidarias o intereses personales. Por eso, para finalizar, haciendo caso a una serie de preconceptos establecidos y a la diversidad ideológica que existe dentro de la misma comunidad insistió que “el desafío es construir un espacio de lucha colectiva enfocada en un bienestar común».
También en su exposición Ana Yancy Lemus, fundadora de Afrodescendientes Organizados Salvadoreños (El Salvador), hizo mención de la particular situación que viven los afrosalvadoreños. Uno de los principales puntos que destacó es que en la cotidianidad la sociedad de El Salvador suele asumir que no hay negros en el pais, se los invisibilizó. «Siempre nos han dicho que en El Salvador no existen los negros» dijo al respecto, entendiendo que ni siquiera existen para la constitución, lo que complica aun mas la lucha por sus derechos.
En cuanto a la justificación de esta “creencia” adoptada por los salvadoreños, afirmó que «la comunidad afro suele estar en zonas rurales donde no tienen acceso a la educación, a la salud o al agua».
Asegura que en la actualidad se normalizó la discriminacion por lo que es el deber de las organizaciones continuar luchando para cambiar esta concepción arraigada en la sociedad. Para concluir resaltó: «creemos que el reconocimiento parte de la necesidad de cambiar todo un proceso de educación arraigado».
Para finalizar, Marco Antonio Ramirez, representante de Ashanti (Perú), comenzó reconociendo que «la falta de respuesta legislativa tiene que ver con una falta de representación de la comunidad afro en los espacios de poder» teniendo en cuenta que gran parte de los funcionarios públicos no suelen asumirse como parte de una comunidad afro. Aunque bien lo explica Marco: «las personas que ocupan los cargos públicos deberían representar a la diversidad y demandas de la sociedad».
En coincidencia con el resto de los expositores subrayó que el bagaje histórico que acompañó a la comunidad afro, desembocó en una serie de dificultades plasmadas en la actualidad para participar de la vida pública. Descartando la idea de que la comunidad afrodescendiente no quiera participar, sino que “existe un racismo en la calle que impide que las pocas personas afrodescendiente interesadas en asumir un cargo, sean votados o consideradas capaces”.
Por último y tomando nota de la situación que atravesamos en la actualidad por la pandemia del Covid-19, nos llamó a la siguiente reflexión: «Creo que la pandemia es un buen momento para repensar en esta nueva normalidad la participación de los afrodescendientes».
Esta actividad se inscribe dentro de las iniciativas de Demo Amlat con el objetivo de aportar una mirada general de la región con respecto a diferentes temáticas.