Cuba, 15 de julio de 2021
Consejo para la Transición Democrática en Cuba
Declaración 11J
La reacción del régimen cubano ante los sucesos del 11 de julio, las mayores protestas jamás ocurridas en toda la historia de Cuba por su origen, extensión, masividad, profundidad y demandas, ha seguido el modelo yugoslavo: convocatoria desde el Estado a una potencial masacre, dura represión contra ciudadanos desarmados, rearme ilegal de turbas paramilitares y razias nocturnas para detener a manifestantes, en su mayoría jóvenes.
Que las primeras declaraciones del presidente no electo cubano, equiparables por su entidad y gravedad a las de Radovan Karadzic, el carnicero de Bosnia, no hayan sido criticadas por las más altas instancias de las Naciones Unidas, a empezar por su Consejo de Derechos Humanos, revelan las debilidades de una organización global que no acaba de entender que la única garantía de paz entre los Estados radica en la paz al interior de los Estados. Que la llamada al combate no haya desembocado en un generalizado baño de sangre demuestra que existen en algún punto de la cadena de mando hombres y mujeres con sentido de responsabilidad. Nunca la necesidad de elecciones libres, pluralistas, democráticas y justas ha tenido más pertinencia en Cuba. Elegir a hombres y mujeres capaces, con visión de Estado, es un imperativo de seguridad nacional.
Según datos preliminares han sido detenidos más de 5000 personas en Cuba sin atender al debido proceso. Entre estas están las de José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba y Presidente del Consejo para la Transición Democrática (CTDC), su hijo José Daniel Ferrer Cantillo, ambos ya en huelga de hambre, también Félix Navarro Rodríguez y Enix Berrio Sardá, vicepresidentes del CTDC, este último en paradero desconocido, asi Guillermo Fariñas, Camila Acosta, Henry Constantin, Maikel González Vivero, Marisol Peña Cobos, Denis Reyes, y otros muchos que siguen detenidos cuya situación no es desconocida.
Estas detenciones pretenden ampararse en supuestos delitos de desorden público, lo que cumple el propósito político de torcer la sorpresiva naturaleza pacífica, civilista y política de las manifestaciones en más de 50 ciudades y pueblos de Cuba.
Es cierto que ha habido actos vandálicos contra la policía y contra comercios, expresiones de rabia contra el abuso y la discriminación alimentaria, pero estos fueron solo una gota amplificada por conveniencia política, por el sensacionalismo de los medios y por la explotación sesgada de percepciones racistas que intentan la criminalización racial de la protesta. El CTDC no se identifica ni respalda, en cualquier caso, el vandalismo ni la violencia sociales como modo de protesta. Equiparar y reducir, sin embargo, la madurez cívica de las jornadas del 11 de julio con los actos de bandidaje ocurridos equivale a deslegitimar las protestas ocurridas en Estados Unidos, Chile o Colombia por la espiral de violencias sociales que le acompañaron.
El 11 de julio fue una protesta de la libertad, no una protesta del hambre, en cuyo último caso no habrían quedado intactos muchos establecimientos a lo largo del país. Con los manifestantes pacificas por la libertad se identifica el CTDC, que están protegidos por el artículo 56 de la Constitución. El CTDC pide para ellos la inmediata liberación y establecerá una red de apoyo para sus familiares con el fin de buscarles asesoría jurídica y visibilidad nacional e internacional. Las familias y los ciudadanos que quieran dar a conocer casos y buscar protección legal pueden comunicarse con el Consejo a través de: consejotransicion11j@gmail.com o los WattsApp +5354485695 /+34639338982
El CTDC cree, también, que la solidaridad internacional hace la diferencia. Solicitamos toda la solidaridad posible con los manifestantes del 11J.
Marthadela Tamayo Elena Larrinaga
Primera Vicepresidenta Secretaria de Relaciones Exteriores
Demo Amlat es un proyecto impulsado por Transparencia Electoral cuya misión central es el compromiso con el fortalecimiento democrático en la Región.