Aunque el Ministerio de la Agricultura de Cuba (MINAG) emitió una nota informativa donde deja entrever una voluntad de establecer leyes que regulen el cuidado de los animales en espacios públicos de Cuba, la isla continúa sin tener una Ley de Protección o Bienestar Animal que penalice la crueldad contra los animales y castigue a quienes la cometan. Como consecuencia, ciudadanos y activistas reclaman y denuncian constantemente a través de marchas, protestas y campañas en redes sociales.
Los derechos de los animales en la nación cubana se encuentran en una situación crítica. El 24 de julio de este año, la revista Bohemia publicó un informe titulado «La condena de los vagabundos», en el cual daba a conocer detalles acerca de las medidas que lleva a cabo el programa nacional de Zoonosis, el cual hace foco en la prevención y control de enfermedades zoonóticas. Dentro de estas medidas se encuentra la captura y sacrificio de perros y gatos callejeros en el llamado Centro de Observación Canina de La Habana. Para los sacrificios se utiliza la estricnina, un alcaloide prohibido por la Unión Europea y considerada inaceptable por la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales (WSPA) por el modo que produce la muerte de los animales. Este mismo se utiliza cada martes y viernes en la isla para exterminar los animales capturados en los operativos de Zoonosis.
Además, teniendo en cuenta lo dicho por el jefe dicho programa, Armando Vázquez, los animales mueren de una forma lenta y dolorosa, ya que, la inyección no entra dentro del concepto de eutanasia animal. Ha admitido que: “La aplicación de la estricnina (…) es un sacrificio. Es un saneamiento. Las condiciones del Centro de Observación Canina, desafortunadamente, tampoco pueden asegurar un período de paz previo a la muerte del animal”.
A raíz de esto, el pasado 11 de noviembre se produjo una gran protesta pacífica en las instalaciones de Zoonosis en La Habana, en donde los participantes acusaron ha dicho organismo estatal del uso de estricnina para el sacrificio de animales callejeros y el incremento de la captura de perros y gatos. Asimismo, varios activistas denunciaron que el Programa Nacional de Prevención y Control de la Rabia no se habría estado llevando a cabo de acuerdo con la ley, que establece que los animales tienen que ser sacrificados luego de las 48 horas de su captura.
Los activistas de variadas organizaciones se ven sumamente preocupados por los múltiples sucesos ocurridos a lo largo de este último año en cuba, los cuales van desde peleas de gallos hasta zoofilia y zoosadismo. Ante esta situación piden “aunque sea” un estatuto contra el maltrato animal.
Según Grettel Montes de Oca, activista del grupo Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA), la Ley de Protección Animal es un asunto muy delicado. “Cuba es el país latinoamericano más atrasado en esta temática. Hace más de 30 años se está pidiendo y nada. Hemos recolectado cartas, firmas, más nunca nos han respondido, lo cual es una falta de respeto” declaró en un reportaje realizado para ADN Cuba. La falta de respuesta u omisión del gobierno nacional demuestran una total falta de interés.
En conclusión, ¿Cuba está a un paso de la ley de protección animal? Esta pregunta, luego de informarme y escribir sobre los sucesos ocurridos en la isla, dejó de ser una esperanza a ser una falta de respeto, ya que, a Cuba le falta mucho más que una ley para generar el bienestar animal. Le falta el interés del gobierno y los organismos estatales, la concientización de su población y de sus funcionarios, la creación de políticas públicas para resguardar y proteger a los animales y mucho más.